La homosexualidad se ubica entre las llamadas 'desviaciones sexuales', para distinguirlas de otros 'disturbios sexuales', como son las perversiones y las disfunciones sexuales. De modo concreto, entre las perversiones sexuales se enumeran: la masturbación, el narcisismo, el exhibicionismo, el fetichismo, el sadismo, el masoquismo, la necrofilia, la incestuosidad, el bestialismo, la pedofilia, la efebofilia, la patofilia, la gerontofilia, etc.; entre las disfunciones: los disturbios del deseo (ausencia o de deseo e hipererotismo), o en la excitación (impotencia y coitofobia), o en el orgasmo (frigidez), etc. Finalmente, entre las desviaciones sexuales se colocan el transexualismo, el travestismo, la bisexualidad y la homosexualidad. La respuesta la debemos limitar esta última.
Hay que distinguir los homosexuales en:
-Esenciales (también llamados primitivos, constitucionales, primarios); estos están sujetos a la compulsividad del instinto. A su vez se distinguen en: totales y exclusivos (aborrecen el sexo opuesto totalmente, y sienten impulso casi irresistible hacia el propio sexo) y los otros que pueden sentir también la atracción heterosexual (bisexuales).
-Ocasionales (también llamados veleitarios, secundarios): buscan el propio sexo por motivaciones más superficiales como aventura, dinero o falta de pareja de otro sexo, pero conservan las tendencias heterosexuales.
En todos hay que distinguir la tendencia hacia el propio sexo, y el acto homosexual (ya sea el deseo o pensamiento consentidos, o el acto externo sexual).
3. Valoración moral.
Hay que hacer un juicio diverso sobre la tendencia y sobre el acto.
1) El acto homosexual. Por acto homosexual entendemos no sólo los actos sexuales externamente consumados sino también los actos de deseo y pensamiento plenamente consentidos. Estos son intrínsecamente desordenados, es decir, malos 'ex obiecto'. Lo enseña la Sagrada Escritura, el Magisterio y la razón:
a) Sagrada Escritura. Numerosos son los textos. Basta algunos:
-Lev 18,22: «No te acostarás con varón como con mujer; es abominación».
-Lev 20,13: «Si alguien se acuesta con varón, como se hace con mujer, ambos han cometido abominación: morirán sin remedio; su sangre caerá sobre ellos».
-Rom 1,27: «Igualmente los hombres, abandonando el uso natural de la mujer, se abrasaron en deseos los unos por los otros, cometiendo la infamia de hombre con hombre, recibiendo en sí mismos el pago merecido de su extravío».
-1 Cor 6,9-10: «¡No os engañéis! Ni los impuros... ni los afeminados, ni los homosexuales...heredarán el Reino de Dios».
b) Magisterio. Hay varios documentos que tienen especial importancia:
-La Declaración Persona humana «Según el orden moral objetivo, las relaciones homosexuales son actos privados de su regla esencial e indispensable. En la Sagrada Escritura están condenados como graves depravaciones e incluso presentados como la triste consecuencia de una repulsa de Dios (cf. Rom 1,24-27). Este juicio de la Escritura no permite concluir que todos los que padecen de esta anomalía son del todo responsables, personalmente, de sus manifestaciones; pero atestigua que los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados y que no pueden recibir aprobación en ningún caso»
Por el contrario, 'los homosexuales que declaran su homosexualidad son, casi siempre, personas que consideran su comportamiento o su estilo de vida homosexual como 'indiferente o, sin más, bueno', y por eso digno de aprobación pública'[16]. Por tanto, con estas personas la pretendida 'discriminación' es, en realidad, una defensa social de los más débiles (los inocentes que pueden ser inducidos a tales comportamientos).
Estos normalmente usan el slogan de la 'discriminación sexual' como un arma política para manipular la sociedad y la misma Iglesia. Y el objetivo último no apunta a encontrar un lugar en la sociedad, viviendo castamente, sino explícitamente a lograr la aprobación de sus comportamientos homosexuales como es el caso del reconocimiento jurídico-social y la equiparación de la cohabitación homosexual con el matrimonio heterosexual, e incluso la implantación de un 'derecho' a contraer 'matrimonio' entre personas del mismo sexo. A este respecto hay que decir con Juan Pablo II: 'Lo que no es moralmente admisible es la aprobación jurídica de la práctica homosexual. Ser comprensivos con respecto a quien peca, a quien no es capaz de liberarse de esta tendencia, no equivale a disminuir las exigencias de la norma moral.
¿Y tu estas a favor o en contra???